Celler tradicional

La bodega es el lugar donde se elaboraba y guardaba el vino.

Los romanos introdujeron el cultivo de la vid en Mallorca. Durante la Edad Media, la elaboración del vino se concentró en los municipios de Inca, Alcúdia y Felanitx, pero a partir del siglo XVII la siembra de la vid se extendió por toda la isla.

En el siglo XIX, con la aparición de la filoxera en Francia se incrementó la demanda de vinos mallorquines y esto provocó que se sustituyeran otros cultivos en detrimento de la vid –como el almendro–, llegando a las 30.000 hectáreas. Pero la filoxera llegó a Mallorca en el año 1891 y se extendió por toda la isla, un hecho que coincidió con la recuperación de Francia.

El siglo XX se inició con una recuperación lenta. En 1913 aparece la Estación Enológica de Felanitx, cuya finalidad es estudiar las vides y la producción, y pocos años después se constituyó es Sindicat, la Cooperativa de Felanitx, que aportó maquinaria para una nueva forma de hacer vino.

Las bodegas formaban parte de los inmuebles de las haciendas o casales de algunos pueblos de tradición vitícola, pero también las podemos encontrar como edificios aislados. Suelen tener cubiertas de bóveda de cañón o de arista, sostenidas por pilares o columnas, y se situan en un nivel inferior para preservar el vino de los cambios bruscos de temperatura.

Dentro de las bodegas destacan los lagares, depósitos forrados en piedra viva de dimensiones variables dependiendo de la producción de cada casa o bodega, alcanzando algunos la capacidad de 40.000 litros. Allí se pisa la uva y es donde el mosto fermenta por primera vez. Después, el mosto se trasvasaba a las botas congrenyades, experimentando una segunda fermentación.

En una bodega también podemos encontrar prensas, bombas de pistón, botas de diferentes medidas, estrujadoras… que facilitan y complementan la elaboración del vino.

 


Información relacionada